
Cuántos de nosotros nos entretuvimos con adivinanzas, rimas, poemas y canciones que nos llevaban a participar en una interacción armónica con nuestros amigos, o bien cuántas veces jugamos el tan conocido bachillerato, el cual aunque posee muchos fines pedagógicos era expulsado de la clase, como cualquier "chiquillo" revoltoso que generaba desorden. Antes situaciones como estas, parece que los docentes olvidamos qué es jugar, teniendo conceptos bastante distintos y que por ello, nuestros alumnos son quienes nos pueden enseñar y recordar el arte de la entretención y aprendizaje que trae consigo el juego.
En esta ocasión, quisiera centrarme en los juegos verbales, los cuales traen grandes beneficios en el desarrollo de la conciencia fonológica, que es una habilidad que promueve el aprendizaje inicial de la lectura. Asimismo etsa conciemcia está netamente ligada a la zona de desarrollo próximo propuesto por Vygotski, ya que esta es el indicador de la distancia que traen los niños para dicho aprendizaje, cumpliendo aquel rol predictor. Ante esto, Luis Bravo señala lo siguiente: "La conciencia fonológica es el proceso cognitivo que presenta mayor variabilidad común con la lectura inicial y que su ejercitación durante los años de jardín infantil, es determinante para el éxito de aprender a leer". Es decir favorece enormemente el aprendizaje inicial de la lectura y escritura, porque gracias a esta los niños toman conciencia de que los sonidos tienen una forma gráfica, tomando conciencia de que las letras representan sonidos significativos y que se pueden articular en palabras.

La importancia que la conciencia fonológica posee, debe iniciarse desde la etapa preescolar. Es por ello que se está comenzado a potenciar la relación que debiera haber entre las docente parvularias y los docentes de enseñanza básica. Tal diferencia en metodología ha sido clara durante muchos años, pero sólo era percibida por lo niños, debido a que las docentes que continuaban con la enseñanza básica eran y aún son notoriamente más frías que las “tías de jardín”, las cuales tienen un mayor acercamiento e interacción con los niños, debido a que cada vez que los pequeños llegan a la sala, los estrechan entre sus brazos Aún es lamentable ver que en el momento en que los niños pasan desde kindergarden a 1º básico, sus salas ya no son las mismas, porque sus puestos ya no son grupales, sino que a la nueva maestra hay que mirarla de frente y bien callados. Pues bien, después de muchas investigaciones, recién ahora se ha logrado comprender tal contraste.
Siguiendo con el tema central, creo que es relevante que como docentes abramos las puertas de las aulas a los juegos- que mayoritariamente se realizan en la educación pre-escolar-, favoreciendo de esta forma la continuidad que viene de la educación que anteriormente recibieron los pequeños, haciendo que este paso no sea brusco para los niños, porque muchas veces se corta de raíz el instinto de juego, cuando docentes de Enseñanza Básica recalcan a los niños lo grande que están, repitiendo constantemente que ya no pertenecen a Kinder ¿ A caso nosotros no nos entrenemos al jugar? ¿Acaso no nos gusta participar? ¿Cuántas veces anhelamos que nuestras profesoras hicieran algo entretenido? Al parecer nos enseñan a ser aburridos y quizás por eso los niños no gustan de las clases. Lo ideal sería que cada clase sea un asombro y un nuevo despertar en el aprendizaje, pues lo mejor de esto es que siempre es el momento y aun estamos a tiempo. Por lo tanto, el desarrollo de habilidades fonológicas ayuda enormemente a que despertemos ese asombro, el cual en un niño siempre va a estar mediado por el instinto de jugar.

Para desarrollar actividades como éstas, los docentes tenemos gran variedad de juegos verbales; algunos que son parte de nuestras tradiciones, costumbres y por ello contribuyen a mantener nuestra cultura, pero aún más favorecen el aprendizaje lector, o hay otros que ayudan a que la enseñanza sea amena y por sobre todo lúdica, por ejemplo: quitar la sílaba inicial o agregar fonemas creando así nuevas palabras, ayudar a que los alumnos se cuestionen y piensen sobre la descomposición que se puede hacer a las palabras, oraciones, etc. Por lo tanto, se puede apreciar la gran cantidad de actividades lúdicas que se pueden realizar en clases.
Finalmente sería importante señalar que como docentes en formación y en ejercicio, comprendamos que a los educandos hay que hacerlos sentir creadores y co-constructores de lenguaje, o por qué no decirlo así: Contribuyamos a que expresen lo que nazca de sus almas, y qué más lindo que se enseñe esto por medio de la naturaleza y esencia misma de los niños, que es jugando. Entonces... ¿invitemos a los niños a que aprendan por medio del juego?
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